EL RETO DE LA TRANSDISCIPLINAREIDAD
Una distinción necesaria.
La noción que menos problemas trae es sin duda la de disciplina. Una definición
enciclopédica nos presenta lo siguiente:
Disciplina: Se define de cinco formas: instrucción de una persona
especialmente en lo moral; arte, facultad o ciencia; especialmente en la milicia y
en los estados eclesiásticos, observancia de las leyes y ordenamiento de la
progresión o instituto; instrumento hecho ordinariamente de cáñamo con varios
ramales cuyos extremos son más gruesos y que sirve para soldar; acción y efecto
de disciplinar (Real Academia Española, 1992: 758).
Lo disciplinar es lo que corresponde a disciplinas reconocidas, por ejemplo,
Psicología, Sociología y con frecuencia se corresponden con las profesiones, aunque no
todas las disciplinas son profesiones. La Medicina no es una disciplina, es una profesión
a la cual contribuyen varias disciplinas: el médico tiene que saber Biología, Anatomía,
Química, Salud Pública. Básicamente las profesiones liberales son las que no
corresponden a disciplinas. La Ingeniería es una profesión a la que contribuyen varias
disciplinas: las Matemáticas, la Física, la Química, la Electrónica. Lo mismo ocurre con
la Arquitectura. Disciplinas son entonces la Filosofía, la Sociología, la Psicología que
tienden cada vez más a convertirse en profesiones pero que nacen como áreas de
conocimiento científico. Esas son las disciplinas que en las universidades
fundamentalmente corresponden a los departamentos, aunque cada vez mas
hiperespecializados.
Lo pluridisciplinar, se da cuando al desarrollo de una disciplina contribuyen los
datos o los resultados de otra disciplina. La información proviene de otra disciplina para
que se fortalezca la disciplina que recibe esos aportes. Esto pasa, por ejemplo, cuando a
la Sociología o a la Psicología, se les incorpora la Estadística como una manera de
mejorar algunas de sus técnicas de investigación; la Estadística proviene de otra
disciplina, de la Matemática, pero al utilizar técnicas estadísticas de manejo de datos
cuantitativos en la Psicología o en la Sociología, lo que se pretende es darles una mayor
fortaleza, o una mayor precisión a ciertas maneras de generar conocimiento en ellas;
entre las Ciencias Sociales la que más se ha beneficiado de los aportes de la Matemática
en este sentido es la Economía y en parte la Psicología, por lo menos en sus aspectos
experimentales. En síntesis, un trabajo es pluridisciplinar o multidisciplinar, cuando una
disciplina recibe los aportes de otra para su propio desarrollo. Eso supone que hay
aporte unidireccional que se da por la utilización de una técnica o de un conocimiento
exterior.
Lo interdisciplinario ya implica interacción o interdependencia entre dos o más
disciplinas; es decir, supone un nivel de colaboración entre disciplinas y en ese nivel de
colaboración no se trata solamente de lo que recibe una disciplina de otra, sino que hay
una transformación de una disciplina por el contacto con la otra o las otras disciplinas
hasta el punto que puede surgir una nueva disciplina que es ya una combinación de las
dos o más disciplinas que entraron en interacción. Es así como surgen disciplinas como
la Astrofísica, que es una disciplina distinta a la Astronomía tradicional, también
distinta a la Física tradicional, pero que para una mejor comprensión de los fenómenos
astronómicos genera su propio objeto de conocimiento y sus propias maneras de
investigar. En general, la interdisciplinariedad se refiere al surgimiento de una nueva
disciplina por la interacción entre dos o más disciplinas. Esta es la forma más
sofisticada de interdisciplinariedad aunque la interacción se puede dar en niveles que no
alcanzan al surgimiento de una nueva disciplina, pero que si transforman las disciplinas
involucradas.
Cuando mencionamos la pluridisciplinariedad, por ejemplo, cuando la Sociología
o la Antropología o la Economía utilizan la Estadística como herramienta, no se están
transformando fundamentalmente como disciplinas, sino que están utilizando una
herramienta que les es útil; pero cuando hay interdisciplinariedad, si hay
transformaciones teóricas epistemológicas y metodológicas importantes. No es
simplemente tomar prestado de la otra disciplina de forma utilitaria, sino que cuando
entran en contacto la forma de entender el fenómeno cambia, se vuelve más compleja.
Por ejemplo cuando en la Sociología se le comienza a dar importancia a los fenómenos
de la vida cotidiana, es decir, a todos los tipos de comportamientos que no están
institucionalizados, que no corresponden de manera muy clara a normas de conducta
institucionales y cuando esas interacciones más o menos espontáneas y ocasionales en
que entramos en la vida cotidiana se vuelven motivo de interés profesional para el
sociólogo, es cuando la Sociología no solamente incorpora técnicas de investigación
etnográficas y teorías de la Psicología, sino que cambia los fundamentos teóricos de sus
explicaciones y aparecen la Microsociología o la Psicología Social. Es entonces cuando
se le da importancia a las emociones, a los significados, a las interacciones y a las
actitudes como determinantes importantes de la conducta.
La disciplina misma se ve afectada a nivel teórico por esa incorporación de
intereses y de objetos de estudio, de maneras de entender esos objetos que
originalmente no hacían parte de ella; en este nivel, las disciplinas se aprovechan la una
a la otra y se fomenta una hiperespecialización que fragmenta cada vez más el
conocimiento. Por eso la transdisciplinariedad cuestiona que cada vez el objeto de
estudio sea más particular y cada vez es más difícil distinguir la parte de verdad que
cada disciplina tiene.
La transdisciplinariedad, finalmente es mucho más radical que simplemente
decir, tomemos las partes en que se ha subdividido cada disciplina; por ejemplo, la
Sociología propone un sociólogo político, un sociólogo de la familia, un sociólogo de la
educación, urbano o rural, etc. De manera que ya reconocemos que esas son
hiperespecializaciones de la Sociología; una opción consiste en tomar lo que dice el
sociólogo político de lo urbano y mirar que resulta. La otra es la propuesta de la
transdisciplinariedad qué dice que mientras se esté tratando de avanzar en el
conocimiento, fijándose cada vez en un aspecto más particular de la conducta humana,
es decir simplemente sumando los conocimientos especializados e hiperespecializados,
no se podrá tener una comprensión integral de lo humano en su conjunto. Es necesario
trascender la especialización porque, y esto es un principio que está detrás de toda la
propuesta transdisciplinaria, el todo no es solamente la suma de las partes, el todo es la
comprensión de un fenómeno con sus propiedades emergentes y no simplemente la
suma de verdades parciales. Lo que sucede es que cuando esas partes se toman en su
conjunto, resulta algo que no estaba presente en ninguna de ellas, que estaba entre ellas
o que emerge por su interacción.
Esto constituye un cambio importantísimo, porque no se trata de tener en cuenta
lo que postula la Ciencia Política, o la teoría sociológica, o la investigación
antropológica, sino tener en cuenta lo político del fenómeno, lo sociológico del
fenómeno, lo antropológico del fenómeno, y preguntarnos ¿qué comprensión más
compleja de ese fenómeno podemos tener de esta manera? Es distinto diferenciar e
interrelacionar las dimensiones de un fenómeno, que aclarar los aportes disciplinarios
sobre del mismo. En este sentido, la transdisciplinariedad no es una ciencia o
disciplina, es una manera de abordar problemas complejos que incluyen y trascienden
las ciencias y las disciplinas.
Lo trans etimológicamente significa más allá de, por fuera de, o entre dos puntos.
Cuando hablamos de transdisciplinariedad es más allá de las disciplinas, tal como la
definimos anteriormente. Cuando hablamos de disciplinas científicas, nos referimos a
un conocimiento que se ha convertido en el deber ser de la manera de entender algo. Si
tomamos como ejemplo la Sociología o la Antropología, suponemos que queremos
entender lo social desde unas disciplinas que lo explican de esa manera y esas teorías
corresponden a un conocimiento elaborado racionalmente, sistematizado, codificado,
que pretende expresarse en leyes y que sea transmitido a través de la formación. Esas
son las características de una disciplina, de un conocimiento disciplinar. En cambio,
cuando hablamos de transdisciplinariedad, afirmamos que le damos validez, legitimidad
e importancia a conocimientos que no tienen esas características académicas y
científicas.
El punto clave de la transdisciplinariedad es aceptar que hay formas legítimas,
válidas y útiles de conocer y de solucionar problemas que trascienden el conocimiento
disciplinar pero que no lo reemplazan, que lo complementan; tampoco reemplazan a la
disciplinariedad, ni a la pluridisciplinariedad, ni a la interdisciplinariedad, pero declara
que esos conocimientos son insuficientes, no solamente para resolver los problemas
fundamentales de la humanidad (de exclusión y discriminación social pero también los
ecológicos, entre otros) sino que en su forma contemporánea están causando problemas
graves por su manera de entender fragmentada e hiperespecializadamente lo que está
ocurriendo y por la manera de ser aplicados. Porque obviamente el conocimiento
disciplinar, que es ese conocimiento sistematizado, validado, es el conocimiento que
más directamente se relaciona con su utilización tecnológica y con su aprovechamiento
económico; entonces, como se señalaba en el Preámbulo de la Carta de la
Transdisciplinariedad, el problema es que la hiperespecialización y la falta de una
comprensión más integral y humanista de la condición humana, no solamente ocurre
porque esos conocimientos disciplinares son insuficientes, sino porque se han
desarrollado y están siendo aplicados de una determinada manera que debe ser
complementada con otros saberes, con otras maneras de entender los problemas y
solucionarlos que incluyen conocimientos no científicos
La transdisciplinariedad surge como una propuesta interesante en la comprensión
de problemas complejos del desarrollo, cuando se hace mucho más notoria la
insuficiencia de soluciones a sus problemas, desde una aproximación tradicionalmente
disciplinar. De ahí la importancia, no sólo teórica sino metodológica de la
transdisciplinariedad, en la que el diálogo es fundamental. Por ello, desde un punto de
vista transdisciplinar, deben privilegiarse metodologías de investigación que involucren
el diálogo6, no como la única metodología, sino como un complemento a las otras; esto
requiere plantear el problema de investigación de manera que sea coherente con un
diseño en que se privilegie el diálogo, en la búsqueda de conocimientos donde se
exprese explícitamente la subjetividad de los investigadores y de sus perspectivas de
conocimiento. No es la única vía, pero si probablemente la más importante en esta
propuesta.
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